¿Cómo integrar prácticas de inclusión en tu empresa?

La inclusión se ha vuelto una parte fundamental de los círculos profesionales, pues con ello se busca evitar caer en prejuicios que resten visibilidad al talento laboral. 

Las empresas han ido mejorando sus procesos de contratación de personal, así como la convivencia que se vive dentro de la oficina, con el fin de fomentar el compañerismo y el respeto, y con el objetivo de lograr el crecimiento profesional de sus colaboradores y de la propia organización. 

Sin embargo, la inclusión no sólo debe limitarse a la aceptación de personas con otra orientación sexual, también es preciso que se amplié a diversos grupos vulnerables como son las personas con discapacidad, las mujeres, los profesionales mayores de 45 años, entre otros.

Por ello, te compartimos algunos puntos que puedes ir integrando dentro de tu empresa con el fin de crear una convivencia profesional libre de prejuicios y con igualdad de oportunidades: 

  • Implementar políticas que aseguren la igualdad de oportunidades: Garantizar que todas las personas dentro de la empresa puedan desarrollarse profesionalmente sin importar su sexo, raza, edad, religión u orientación sexual.
  • Tener equidad salarial: Definir los sueldos con base en los aportes que generan los profesionales dentro de la empresa y no enfocarse en prejuicios que tengan que ver con la brecha de género.
  • Contar con instalaciones accesibles: Una empresa inclusiva debe asegurarse que sus instalaciones sean aptas para el fácil acceso de personas con alguna discapacidad. 
  • Capacitar al personal en temas de diversidad y género: Con el fin de tener un ambiente de respeto y sensibilizar a los colaboradores es una buena estrategia, ofrecer pláticas informativas a través de una institución u orador experto en la materia.
  • Organizar dinámicas que promuevan la convivencia libre y respetuosa: Crear espacios seguros y respetuosos, fuera de la rutina laboral para convivir con el equipo de trabajo. Estas convivencias pueden aprovecharse para que los colaboradores se conozcan y generen una relación de compañerismo.
  • Eliminar procesos de contratación discriminatorios: Eliminar la posibilidad de un candidato de ser parte de tu empresa por su género, apariencia, edad, orientación sexual, capacidad física, religión o raza.  
  • Evitar mensajes o acciones que promuevan una inclusión falsa o forzada: Celebrar o lucrar con los grupos vulnerables puede convertirse en algo discriminatorio y que va en contra de los principios de igualdad. Es importante dejar de dirigirnos a ellos como si fueran personas diferentes y mejor promover un trato respetuoso, igualitario y libre de prejuicios.

Una empresa para ser inclusiva no necesita ondear una bandera o festejar un género, la verdadera diversidad e inclusividad se encuentra en el ambiente laboral que los líderes fomentan dentro de sus organizaciones.

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